En los dias previos al inicio de los inolvidables Juegos Olímpicos de Atenas 2004, entro un gordito al taller en calidad de obrero del teclado, dicho personaje fue odiado y querido en partes iguales. Este fue a para a la isla de un par de obreros del teclado, como el. En esa época ocurrio un hecho digno de mencionarse en los anales de El Taller. No esta demás aclarar que esta historia la conocen, lamentablemente unos pocos.
Por esos días La madre de Doña Tremebunda era la encargada general del taller y el rey apuntaba, como era su costumbre, todos sus dardos, cañones y demas piezas de artilleria al centro de la encargada que, fiel a su masa corporal, resistia dado que su base era bien firme.
Al aparecer el inventado y nunca bien ponderado proyecto LCR la encargada formó el equipo con una capataz (mery ann) obsecuente a los dimes de el rey, un obrero funcional que hacia sus primeras armas en la funcionalidad y un par de obreros del teclado quienes, segun dichos del gordito novato, laburaban de sol a sol. Era común observar a diario y por cortos períodos medidos en minutos, que dicho funcional se acercara a la isla de los obreros del teclado y pronunciara conceptos nuevos pero no tan nuevos sobre dicho proyecto, es decir, las conceptualizaciones si modificaban, casi misteriosamente, visita a visita, al punto tal que dicho par de obreros cierto dia comentaron a dicho funcional "o te decidis o paramos aca, no podemos estar corrigiendo diariamente lo que hicimos ayer", el obrero funcional dejo la isla tan raudo cuan escupida de músico.
Cierto día se acabó la paz en dicho proyecto cuando mery ann se acercó a la isla de los obreros y se produjo en siguiente dialogo:
MA: ¿tienen algo terminado? (imaginen ustedes el tono y la modulación)
OT: no, todavía no, por que queres algo ahora si falta una semana?
MA: porque (el rey) me esta rompiendo las pelota (sic)
Esta situación plasmóse en un dislate del tipo reinico, al no tener respuesta de mary ann el rey cortó abruptamente la comunicación con esta y con el obrero funcional. El proyecto entonces entró en una espiral que vaya uno a saber donde termianba.
Era común estar en una dificil posición para el obrero del teclado, programar algo sin saber el obrero funcional que es lo que el rey quería e imaginen cuando la comunicación entre el obrero funcional y/o la capataz con el rey no tenía mas cabida.
El rey nunca se dio cuenta de que Doña Tremebunda maneajba los hilos del taller desde un pequeño canton.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
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