Esta curiosa anecdota ocurrió con uno de los obreros del teclado mas recordados, no solo por su labor sino también por la virtuosidad que mostraba en el juego del balompié al punto tal de que convirtió el mas recordado, mejor y glorioso gol en los juegos entre talleristas. La fecha de concreción de este no la recuerdo, pero estuve presente y hasta puedo decir "el pase se lo di yo".
Ocurrió en la época donde un remisero daba directivas a diestra y siniestra, donde la encargada tuvo su requiem con fecha expectante y curiosamente cumplida, donde todos los días nuevos obreros entraban, algunos a empellón limpio, a realizar tareas laborales y/o tareas no laborales en el taller.
Aquellos conspicuos talleristas sabian bien que los implementos laborales eran escasos y vetustos, rara vez, por no decir nunca, había actualización de los enceres. El célebre remisero devenido en subencargado, aquel que "compraba memoria", realizó una compra de monitores de que brillaban relucientes en un escritorio. Estos fueron repartidos con discreción a bando emitido oralmente y conmitado por cierto personaje encargado del pañol cibernético de dichos elementos.
Nuestro tallerista cumplia con aprecio sus tareas sin musitar queja, el poseia uno de los monitores mas arcaicos que poseia el inventario talleril. Cierta día en horario vespertino concurrió al pañol talleril y solicitó un cambio de monitor, el encargado del barracón no hizo objeción alguna y lo conformó al cambio del mismo.
El obrero del teclado hizo el cambio respectivo y casi a momento de finalizar el mismo ocurrió el siguiente suceso, la oficina de la celebérrima encargada donde habitaba el pueril remisero quedaba pared de por medio al cubículo que 6 obreros ocupaban, el obrero pasó por la puerta de la oficina con el monitor en mano, llegó a su escritorio y comenzó a acomodarlo, al segundo sale el majestuoso remisero (pelado con anteojos) con un cigarrillo en la mano derecha cercano a la boca y la mano izquierda oculta en el respectivo bolsillo:
R: ¿quien te dio el monitor ese?, ¿quien te autorizó?
OT: fulano (el encargado del pañol cibernético que por obligaciones no podemos nombrar)
R: no no noooooo (con un desden propio de un casero que no autoriza cierta conducta)
OT: pero yo le pregunté y me dijo que si
R: devolvelo donde estaba --dando la espalda, provocando una pitada al cigarrillo y volviendo a ingresar a su ¿oficina?--
Acto seguido y con fastido exánime el obrero del teclado volvio a su viejo monitor.
jueves, 24 de septiembre de 2009
viernes, 4 de septiembre de 2009
En honor a los años del taller
Hoy, 4 de septiembre de 2009, es un día bastante aciago y bienaventurado al mismo tiempo.
Aciago porque uno de los mas entrañables, jactanciosos, queribles talleristas ha dejado de ser tallerista activo y se convierte en tallerista activo.
De quien hablamos, hasta hoy no hubo tallerista que no lo haya conocido. Estuvo tantos años en dicho enclave del antitrabajo que es extraño, muy extraño para aquellos que lo conocemos, que dicha noticia nos cayó con tal sorpresa que confundimos la noticia con un supuesto timo de su parte. Esto, para aquellos que lo conocemos, es porque algunas de sus anecdotas las calificamos de timadoras por lo increible de las mismas.
Eran tanto los años que uno de los capangas del quebrachal lo trataba con cariño particular, llamandolo o refiriendose a el con el diminutivo de su nombre de pila.
Tuvo, dentro de taller, tantos apodos que ya ni recordamos cuantos, tuvo tantas historias que ya ni recordamos tanto.
Cuantas líneas de código habrá escrito, cuantas variables globales habrán sido signadas, inicializadas y declaradas por este, ahora, ex tallerista?.
Estamos consternados por la forma, Estamos felices porque al fin dejó el pasquín laboral.
En esta nueva etapa, por esta razón, por lo que fue él dentro del taller, por su decisión nos vemos obligados a este pequeño homenaje. Celebramos su decisión.
Para hacer de este pequeño homenaje sea recordado y cabal fue el originador de uno de los conceptos mas jocosos y permanentes en el futuro que se hayan impuesto por la actividad talleril: el, ya, celebérrimo "MEDIO TELEVISOR".
Este tallerista, ahora ex tallerista, ahora tiene en sus labios una de las frases mas célebres que algún ex tallerista, mas precisamente un tallerista (hace rato ex) cuyo apellido nos acerca al abdomen: "Hay otro mundo fuera del taller".
Salud!!! para la decision y Salud!!! para la noticia del año.
Aciago porque uno de los mas entrañables, jactanciosos, queribles talleristas ha dejado de ser tallerista activo y se convierte en tallerista activo.
De quien hablamos, hasta hoy no hubo tallerista que no lo haya conocido. Estuvo tantos años en dicho enclave del antitrabajo que es extraño, muy extraño para aquellos que lo conocemos, que dicha noticia nos cayó con tal sorpresa que confundimos la noticia con un supuesto timo de su parte. Esto, para aquellos que lo conocemos, es porque algunas de sus anecdotas las calificamos de timadoras por lo increible de las mismas.
Eran tanto los años que uno de los capangas del quebrachal lo trataba con cariño particular, llamandolo o refiriendose a el con el diminutivo de su nombre de pila.
Tuvo, dentro de taller, tantos apodos que ya ni recordamos cuantos, tuvo tantas historias que ya ni recordamos tanto.
Cuantas líneas de código habrá escrito, cuantas variables globales habrán sido signadas, inicializadas y declaradas por este, ahora, ex tallerista?.
Estamos consternados por la forma, Estamos felices porque al fin dejó el pasquín laboral.
En esta nueva etapa, por esta razón, por lo que fue él dentro del taller, por su decisión nos vemos obligados a este pequeño homenaje. Celebramos su decisión.
Para hacer de este pequeño homenaje sea recordado y cabal fue el originador de uno de los conceptos mas jocosos y permanentes en el futuro que se hayan impuesto por la actividad talleril: el, ya, celebérrimo "MEDIO TELEVISOR".
Este tallerista, ahora ex tallerista, ahora tiene en sus labios una de las frases mas célebres que algún ex tallerista, mas precisamente un tallerista (hace rato ex) cuyo apellido nos acerca al abdomen: "Hay otro mundo fuera del taller".
Salud!!! para la decision y Salud!!! para la noticia del año.
martes, 1 de septiembre de 2009
El gran gatsby o el memorioso Funes
Esta curiosa anecdota refleja solamente, la profusa sabiduria de los meses de verano de 2006, durante el reinado de la, celebérrima, encargada mas procaz que tuvimos los talleristas. Esos meses estuvieron cargados de una emotividad total, fue la plenitud de la comicidad, la plenitud de las apuestas, el reinado que dio origen al mas absoluto de los aciertos sobre los múltiples vaticinios que se hicieron sobre la reina de aquel entonces.
Esta encargada tuvo su séquito de admiradores, aduladores y forofos. Entre ellos podemos citar a dos de los mas altos exponentes de su escuela, el conde escoses y el gran remisero. Nunca contamos algo de aquel conductor, he aquí una pequeña parte de su pequeña obra.
En aquellos meses un gran cliente estaba ¿probando? el gran producto del taller, un gigante de las telecomunicaciones a escala mundial, internaciona y universal. Dentro de los procesos estaba el "mas importante de todos los procesos", el proceso madre de todos los procesos, sin el era imposible abonar y cobrar peso o dolar alguno; sin el nada era posible. Resulta que este proceso tenia sus problemas, grandes y pequeños, sucedaneos y auténticos. Resultado de todo ello era el gran problema del uso, apropiación, acopiación, asignación y acumulación insoportable de la memoria, este era "EL" problema, el que todos en un momento supieron como, el que todos los que miraron y/o escucharon sabian donde y como resolverlo. Pero hasta 6 meses despues, y de absoluta casualidad, se solucionó el problema.
En los cientos de miles de conciliabulos naturales, espontaneos y programados que se realizaron por aquel verano para solucionar el problema aquel remisero supuso la solución absoluta en su mente, haciendo un gambito al destino digital que rompia con todos los paradigmas de aquellos "olvidos" de algún obrero del teclado. El remisero ideo entonces la mas empírica de las solcuiones, haciendo un pavoneo de su conocimeinto en todas las areas.
La discusión se dio en un recinto cargado de propuestas, de absoluta necesidad, de imperiosa presteza. El obrero del teclado comenzó un brevísimo relato de los problemas de aquel fantástico proceso, también se destacó al importancia:
Obrero del teclado: "el problema principal que tenemos ahora es que se nos está cayendo por acumulación y asignación de memoria que luego no es liberada"
Remisero: "¿memoria?, pero ahora la memoria es barata, podemos solucionarlo comprando mas memoria.....
El silencio de un segundo posterior a la gran conclusión del remisero fue algo magestuoso, alivianador, el creyó, solamente por ese segundo, que era el "gran gatsby" del taller. Uno de los personajes mas curioso que participó en dicho concilio, un fumador empedernido, un verdadero transgresor construyó (con un cigarrillo en la comisura izquierda) una sorna y sorda sonrisa buscando la mirada cómplice del obrero del teclado, el silencio se hizo mayúsculo hasta que uno de los sucedaneos acompañantes de la encargada le contestó con un estilo casi mítico: "no corre en una pc".
Después de semejante solución nunca vimos a el remisero volver a participar en alguna reunión de caracter eminentemente técnico.
El remisero dejó, meses mas tarde, el taller cuan exhalación similar a una expectoración de músico.
Esta encargada tuvo su séquito de admiradores, aduladores y forofos. Entre ellos podemos citar a dos de los mas altos exponentes de su escuela, el conde escoses y el gran remisero. Nunca contamos algo de aquel conductor, he aquí una pequeña parte de su pequeña obra.
En aquellos meses un gran cliente estaba ¿probando? el gran producto del taller, un gigante de las telecomunicaciones a escala mundial, internaciona y universal. Dentro de los procesos estaba el "mas importante de todos los procesos", el proceso madre de todos los procesos, sin el era imposible abonar y cobrar peso o dolar alguno; sin el nada era posible. Resulta que este proceso tenia sus problemas, grandes y pequeños, sucedaneos y auténticos. Resultado de todo ello era el gran problema del uso, apropiación, acopiación, asignación y acumulación insoportable de la memoria, este era "EL" problema, el que todos en un momento supieron como, el que todos los que miraron y/o escucharon sabian donde y como resolverlo. Pero hasta 6 meses despues, y de absoluta casualidad, se solucionó el problema.
En los cientos de miles de conciliabulos naturales, espontaneos y programados que se realizaron por aquel verano para solucionar el problema aquel remisero supuso la solución absoluta en su mente, haciendo un gambito al destino digital que rompia con todos los paradigmas de aquellos "olvidos" de algún obrero del teclado. El remisero ideo entonces la mas empírica de las solcuiones, haciendo un pavoneo de su conocimeinto en todas las areas.
La discusión se dio en un recinto cargado de propuestas, de absoluta necesidad, de imperiosa presteza. El obrero del teclado comenzó un brevísimo relato de los problemas de aquel fantástico proceso, también se destacó al importancia:
Obrero del teclado: "el problema principal que tenemos ahora es que se nos está cayendo por acumulación y asignación de memoria que luego no es liberada"
Remisero: "¿memoria?, pero ahora la memoria es barata, podemos solucionarlo comprando mas memoria.....
El silencio de un segundo posterior a la gran conclusión del remisero fue algo magestuoso, alivianador, el creyó, solamente por ese segundo, que era el "gran gatsby" del taller. Uno de los personajes mas curioso que participó en dicho concilio, un fumador empedernido, un verdadero transgresor construyó (con un cigarrillo en la comisura izquierda) una sorna y sorda sonrisa buscando la mirada cómplice del obrero del teclado, el silencio se hizo mayúsculo hasta que uno de los sucedaneos acompañantes de la encargada le contestó con un estilo casi mítico: "no corre en una pc".
Después de semejante solución nunca vimos a el remisero volver a participar en alguna reunión de caracter eminentemente técnico.
El remisero dejó, meses mas tarde, el taller cuan exhalación similar a una expectoración de músico.
jueves, 26 de marzo de 2009
Vacacion en el taller.
En la época mas profusa de comicidad en el taller, allá por los meses de julio-septienbre de 2006, luego de la estrepitosa caida de la, ya célebre, encargada mas procaz que tuvimos, esa misma que llegó con una banda de amigos, y prosélitos talleristas -encargada que por otra parte, varios talleristas a vos en cuello clamaban "yo le doy"- y se fue antes del inicio del mundial de futbol alemania 2006, horas antes del mundial provocando el acierto mas estruendoso, recordado y rimbombante que recordamos en toda la historia del taller emitido por uno de los mas conspicuos talleristas, en dicha época el taller estaba gobernado por un biunvirato, Dicho biunvirato tuvo como protagonistas al Atila del Taller y a quien su apellido pasó de nombre propio a adjetivo calificativo sin media tinta.
Dicho biunvirato comenzaba haciendo reuniones insufribles, latosas e intolerables, como así tambien separatistas. Se reunian por un lado con los capataces y líderes y por otro lado con los obreros funcionales y obreros del teclado. Haciendo de esto un pequeño gambito de dama que llegaba a veces a enfrentar a ambos bandos.
La primera de aquellas reuniones fue tan exasperante que se redujo solamente a servirle al biunvirato del pretexto para buscar a el/los mas quejosos obreros del teclado. Mas allá de eso y luego del primer gran concilio de obreros, la gran paritaria talleril el biunvirato encabezado por Atila del taller anunció con bombos, platillos, címbalos y demas instrumentos de percusión que estos consistorios se llevarian una vez por mes para acercar al proletariado con la encargaduria del taller y entonces así, mejorar el rendimiento y productividad del mismo. Algunos pensamos que no había algo mas cercano a la comicidad que dicha declaración intencional de principios.
Ya teníamos, los obreros que trabajamos en la parte internacional del taller, una de las líderes mas repulsivas de la historia, un fenómeno clímatico de los mas duros y padecientes que el ser humano puede tolerar.
La segunda renunión fue anunciada con una antelación majestuosa, respetando a rajatabla las garantias proporcionadas por el biunvirato para que los obreros extremen las precauciones a fin de concurrir a soberano encuentro. Era una época donde restregar el teclado, rasgar el monitor o hurgar en lo mas profundo de lo digital era el deporte mas practicado en el taller. La fatua líder de la que hablamos en el párrafor anterior, enarbolando su importancia y losanía, envía un correo electrónico anunciando su vacación semanal para la misma época donde el conclave magnánimo se habría datado. Algunos de los obreros no entendian como eso se permitia en tal patricio encuentro, otro no se sorprendieron, pero así ocurrió, en la semana donde el viernes de la misma se llevaría el faustuoso encuentro la líder se retiró de vacaciones.
Seamos honestos, la semana pasó feliz y con alguien menos para que moleste e incursione en las cálidas mentes de los obreros.
Llegó el viernes, se produjo la masiva concentración en la sala de reuniones del taller. Faltaron sillas para la gran concurrencia de obreros, ninguno quizo perderse tamaño acto. La reunion no fue mas allá de lo común, hablaron los pseudodelegados talleriles, oraron los miembros del biunvirato, los famosos bonetes, hubo cierto toma y daca con algunos obreros, el miembro biunviro que paso a la historia como adjetivo calificativo, con su inconfundible zezeo clamo por el horario la tolerancia del mismo y otras nimiedades.
La pesadez que provocaba las desconfiables garantias esbozadas por los miembros del biunvirato epesaban el clima segundo a segundo, hasta que ocurrió la incredulidad de la misma. La puerta, algo infranqueable desde fuera, fue entornandose despaciosamente, los atónitos talleristas no entendian, el biunvirato produjo silencio sepulcral. Quien se atrevería a llegar tarde al conclave ?, quien osaria entrar si santo y seña?. No fue grave al ver la figura de la líder quien "suspendio sus vacaciones" un viernes a las 16 horas para tener presencia en dicho énclave talleril.
El comentario posterior ante tamaño acto de indiferencia hacía la climática líder, fue bautizado como la vacacion en el taller
Dicho biunvirato comenzaba haciendo reuniones insufribles, latosas e intolerables, como así tambien separatistas. Se reunian por un lado con los capataces y líderes y por otro lado con los obreros funcionales y obreros del teclado. Haciendo de esto un pequeño gambito de dama que llegaba a veces a enfrentar a ambos bandos.
La primera de aquellas reuniones fue tan exasperante que se redujo solamente a servirle al biunvirato del pretexto para buscar a el/los mas quejosos obreros del teclado. Mas allá de eso y luego del primer gran concilio de obreros, la gran paritaria talleril el biunvirato encabezado por Atila del taller anunció con bombos, platillos, címbalos y demas instrumentos de percusión que estos consistorios se llevarian una vez por mes para acercar al proletariado con la encargaduria del taller y entonces así, mejorar el rendimiento y productividad del mismo. Algunos pensamos que no había algo mas cercano a la comicidad que dicha declaración intencional de principios.
Ya teníamos, los obreros que trabajamos en la parte internacional del taller, una de las líderes mas repulsivas de la historia, un fenómeno clímatico de los mas duros y padecientes que el ser humano puede tolerar.
La segunda renunión fue anunciada con una antelación majestuosa, respetando a rajatabla las garantias proporcionadas por el biunvirato para que los obreros extremen las precauciones a fin de concurrir a soberano encuentro. Era una época donde restregar el teclado, rasgar el monitor o hurgar en lo mas profundo de lo digital era el deporte mas practicado en el taller. La fatua líder de la que hablamos en el párrafor anterior, enarbolando su importancia y losanía, envía un correo electrónico anunciando su vacación semanal para la misma época donde el conclave magnánimo se habría datado. Algunos de los obreros no entendian como eso se permitia en tal patricio encuentro, otro no se sorprendieron, pero así ocurrió, en la semana donde el viernes de la misma se llevaría el faustuoso encuentro la líder se retiró de vacaciones.
Seamos honestos, la semana pasó feliz y con alguien menos para que moleste e incursione en las cálidas mentes de los obreros.
Llegó el viernes, se produjo la masiva concentración en la sala de reuniones del taller. Faltaron sillas para la gran concurrencia de obreros, ninguno quizo perderse tamaño acto. La reunion no fue mas allá de lo común, hablaron los pseudodelegados talleriles, oraron los miembros del biunvirato, los famosos bonetes, hubo cierto toma y daca con algunos obreros, el miembro biunviro que paso a la historia como adjetivo calificativo, con su inconfundible zezeo clamo por el horario la tolerancia del mismo y otras nimiedades.
La pesadez que provocaba las desconfiables garantias esbozadas por los miembros del biunvirato epesaban el clima segundo a segundo, hasta que ocurrió la incredulidad de la misma. La puerta, algo infranqueable desde fuera, fue entornandose despaciosamente, los atónitos talleristas no entendian, el biunvirato produjo silencio sepulcral. Quien se atrevería a llegar tarde al conclave ?, quien osaria entrar si santo y seña?. No fue grave al ver la figura de la líder quien "suspendio sus vacaciones" un viernes a las 16 horas para tener presencia en dicho énclave talleril.
El comentario posterior ante tamaño acto de indiferencia hacía la climática líder, fue bautizado como la vacacion en el taller
jueves, 18 de diciembre de 2008
El segundo dia, el mejor lugar
Cuando un tallerista, sea obrero del teclado u obrero funcional ingresaba al taller, no se producia nada extraño, lo común era que se produciere un corillo de los viejos talleristas pues, el nuevo nunca era presentado y era común, en dicho corillo, preguntar quien era el nuevo, con quien iba a trabajar y que perfil tenia.
Cierto día, apacible jornada talleril, ingreso un querible obrero del teclado, en segundos se lo bautizó como Jesus Rodriguez por su increible parecido con el otrora diputado nacional-ministro de economia de apuro,etc.
La historia del primer dia no paso de un dia de entrenamiento, de decir quien era, para que venia y que no tenia ni idea de con quien iba a trabajar ni con quien. Lo peor fue el lugar, pero para el no fue nada altisonante, hasta el segundo día. El lugar no era otro que justo enfrente y a un metro y medio de la puerta del reinado, lo curioso es que era de espaldas a dicha puerta.
Jesus no conocia en absoluto, dada su novatia, a los intrepidos talleristas. Por esa epoca, dominaba la encargaduria un binomio memorable, un binomio que hoy por hoy es recordado en las tertulias de cualquier ex-tallerista, un binomio que produjo la epoca mas prolifica en comicidades que solemos recordar los ex talleristas y los actuales. No era otro que Atila del taller y el celeberrimo cuyo apellido fue tomado como adjetivo calificativo.
Por dichos momentos un cliente poseia un cheque que no emitia pues el mas famoso de los procesos, el valorizador viejo, no soportaba las funcionalidades signadas en los contratos entonces no emitia el cheque en cuestion. El encargado, que dominaba las zetas como las planillas de excel, quiso anotarse el gran poroto para sobrepasar cualquier intento de sobrepasarlo a el, entonces tuvo la maravillosa idea de ubicar en el cliente una version que aun estaba en prueba. Con gran prisa consulto a un talleristas, obrero del teclado, que conocia el proceso y ya habia finalizado la version que para el representaba el salto al estrellato talleril:
Encargado: que te pareze si inztalamos en colombia el procezo de mexico
OT: una verdadera locura, que pretendes, ese proceso esta en test y nunca vio la luz de produccion
Enc: pero funciona, noz puede salvar (obviamente el "nos" fue para involucrar al obrero) en colombia
OT: hace lo que te parezca, para mi es una verdadero locura
Enc: bien....
Acto seguido, el encargado miro al obrero con una picara sonrisa como infiriendo que el obrero no le prestaba apoyo. Concurrio, luego de un fugaz paso por su oficina, a la oficina del rey, de espaldas a la puerta estaba Jesus, el nuevo obrero del teclado.
A los pocos segundos de ingresar al reinado una caterba de insultos, agravios, afrentas, denigraciones avergonzantes, calificaciones a la persona del encargado de la mas baja calaña, altisonantes insultos cuyos decibeles alertaron y rebotaron en la recepcion del taller, una verdadera catarata de defarciones nunca escuchadas. Ustedes no alcanzaron a ver la incomodidad de Jesus, como diciendo "....no, que hice?, donde entre a trabajar?...", no alcanzaron a ver el rostro y su expresiva desfraudacion sobre el taller. El gesto de incomodidad era permanente durante el momento, pero no claudicó.
En cierto momento, el encargado cerró la puerta del taller, pero los decibeles traspazaban la tapia y el intento de pasar desapercibido por dicho entuerto. En dicho momento, un obrero del teclado se acerco a Jesus y le dijo:
OT: no te preocupes, no es todos los dias, pero es muy frecuente
JR: mmmm
OT: es asi, colobo no tiene pruritos con nadie y es su manera de cagarte a pedos
JR: se....
OT: tranquilo, hoy te resulta incomodo, mañana te va a resultar gracioso.
JR: gracias
JEsus conocio al rey en su total dimension, y solamente fue el segundio dia.
¿Que paso con el encargado despues de dicho suceso?, eso queda para otra historia.
Cierto día, apacible jornada talleril, ingreso un querible obrero del teclado, en segundos se lo bautizó como Jesus Rodriguez por su increible parecido con el otrora diputado nacional-ministro de economia de apuro,etc.
La historia del primer dia no paso de un dia de entrenamiento, de decir quien era, para que venia y que no tenia ni idea de con quien iba a trabajar ni con quien. Lo peor fue el lugar, pero para el no fue nada altisonante, hasta el segundo día. El lugar no era otro que justo enfrente y a un metro y medio de la puerta del reinado, lo curioso es que era de espaldas a dicha puerta.
Jesus no conocia en absoluto, dada su novatia, a los intrepidos talleristas. Por esa epoca, dominaba la encargaduria un binomio memorable, un binomio que hoy por hoy es recordado en las tertulias de cualquier ex-tallerista, un binomio que produjo la epoca mas prolifica en comicidades que solemos recordar los ex talleristas y los actuales. No era otro que Atila del taller y el celeberrimo cuyo apellido fue tomado como adjetivo calificativo.
Por dichos momentos un cliente poseia un cheque que no emitia pues el mas famoso de los procesos, el valorizador viejo, no soportaba las funcionalidades signadas en los contratos entonces no emitia el cheque en cuestion. El encargado, que dominaba las zetas como las planillas de excel, quiso anotarse el gran poroto para sobrepasar cualquier intento de sobrepasarlo a el, entonces tuvo la maravillosa idea de ubicar en el cliente una version que aun estaba en prueba. Con gran prisa consulto a un talleristas, obrero del teclado, que conocia el proceso y ya habia finalizado la version que para el representaba el salto al estrellato talleril:
Encargado: que te pareze si inztalamos en colombia el procezo de mexico
OT: una verdadera locura, que pretendes, ese proceso esta en test y nunca vio la luz de produccion
Enc: pero funciona, noz puede salvar (obviamente el "nos" fue para involucrar al obrero) en colombia
OT: hace lo que te parezca, para mi es una verdadero locura
Enc: bien....
Acto seguido, el encargado miro al obrero con una picara sonrisa como infiriendo que el obrero no le prestaba apoyo. Concurrio, luego de un fugaz paso por su oficina, a la oficina del rey, de espaldas a la puerta estaba Jesus, el nuevo obrero del teclado.
A los pocos segundos de ingresar al reinado una caterba de insultos, agravios, afrentas, denigraciones avergonzantes, calificaciones a la persona del encargado de la mas baja calaña, altisonantes insultos cuyos decibeles alertaron y rebotaron en la recepcion del taller, una verdadera catarata de defarciones nunca escuchadas. Ustedes no alcanzaron a ver la incomodidad de Jesus, como diciendo "....no, que hice?, donde entre a trabajar?...", no alcanzaron a ver el rostro y su expresiva desfraudacion sobre el taller. El gesto de incomodidad era permanente durante el momento, pero no claudicó.
En cierto momento, el encargado cerró la puerta del taller, pero los decibeles traspazaban la tapia y el intento de pasar desapercibido por dicho entuerto. En dicho momento, un obrero del teclado se acerco a Jesus y le dijo:
OT: no te preocupes, no es todos los dias, pero es muy frecuente
JR: mmmm
OT: es asi, colobo no tiene pruritos con nadie y es su manera de cagarte a pedos
JR: se....
OT: tranquilo, hoy te resulta incomodo, mañana te va a resultar gracioso.
JR: gracias
JEsus conocio al rey en su total dimension, y solamente fue el segundio dia.
¿Que paso con el encargado despues de dicho suceso?, eso queda para otra historia.
jueves, 2 de octubre de 2008
La estafa del conde escoses
Nos explayamos, esta vez, sobre las bondades del conde, quien no solamente sufrio sobre el stress.
El conde escoses fue presentado como un encomiable obrero especializado (no del teclado, ni funcional) único en el mundo. Su fina estampa hizo trascender un nuevo estilo vestuarista en el taller. Los talleristas, antes de dicha fulgurante aparición, vestían sencillamente, sin grandes estridencias textiles, sin pacatismo pero con una gran apertura a la individualidad. Este conde escoses, cuyos ancestros se preguntaran quien es él, tenia una figura enigmática, de estatura media, entrado someramente en kilos portaba una barba profusa sin llegar siquiera a emulara San Pedro. Poseía dos extremas curiosidades; la primera es que fue el único al que se le permitía concurrir munido de soberanas chancletas bajo sus pies y el segundo detalle era mas visible que el anterior y se refería a su peculiar capilarismo; de pelo castaño oscuro su cabellera extremadamente lacia, acicalaba un exulstante, anti salina y larguisima "colita" cuyo fin residia en sus nalgas.
Este conde devenido en maestro detentaba un profuso conocimiento sobre cualquier matería tencológia y humana. Una verdadera enciclopedia caminante. Los talleristas quedaban absortos de semejante capacidad cerebral, no podía, y mas de uno se resistia, a creer tan pletórico conocimineto. Todo lo resolvia.
Cierto día para su desgracia ocurrió lo del "sed" y develó la misteriosa fuente de conocimientos. Luego de dicho episocio, macabro para él, no sostuvo mas su verdadera estaba. Todos los talleristas dejaron de consultarle luego de el soberano hecho que relatamos a continuación. El dialogo se produjo entre el conde escoses y uno de los obreros del teclado mas amados y odiados al mismo tiempo.
Obrero del teclado: tenes idea de como se usa...
Conde escoses: no, la verdad que no, vamos a preguntarle al maestro todo de la sabiduria (sic)
OT: quien es?
CE: google.....
Rapidamente sin parpadeo alguno, cambió el programa actual por una página de google que ya tenía abierta y buscó rapidamente, con la para nada incipiende velocidad de sus dedos, la pregunta realizada.
Los obreros todos, comenzaron a observar a dicho Conde originario del reino unido, como un verdadero "buscador" humano. Los talleristas no era que no podían buscar o no sabían buscar, eran profusos buscadores de google, pero por un tiempo se creyó que el conde era una enciclopedia caminante.
Nadie volvió a creer en el conde después de dicho suceso.
El conde escoses fue presentado como un encomiable obrero especializado (no del teclado, ni funcional) único en el mundo. Su fina estampa hizo trascender un nuevo estilo vestuarista en el taller. Los talleristas, antes de dicha fulgurante aparición, vestían sencillamente, sin grandes estridencias textiles, sin pacatismo pero con una gran apertura a la individualidad. Este conde escoses, cuyos ancestros se preguntaran quien es él, tenia una figura enigmática, de estatura media, entrado someramente en kilos portaba una barba profusa sin llegar siquiera a emulara San Pedro. Poseía dos extremas curiosidades; la primera es que fue el único al que se le permitía concurrir munido de soberanas chancletas bajo sus pies y el segundo detalle era mas visible que el anterior y se refería a su peculiar capilarismo; de pelo castaño oscuro su cabellera extremadamente lacia, acicalaba un exulstante, anti salina y larguisima "colita" cuyo fin residia en sus nalgas.
Este conde devenido en maestro detentaba un profuso conocimiento sobre cualquier matería tencológia y humana. Una verdadera enciclopedia caminante. Los talleristas quedaban absortos de semejante capacidad cerebral, no podía, y mas de uno se resistia, a creer tan pletórico conocimineto. Todo lo resolvia.
Cierto día para su desgracia ocurrió lo del "sed" y develó la misteriosa fuente de conocimientos. Luego de dicho episocio, macabro para él, no sostuvo mas su verdadera estaba. Todos los talleristas dejaron de consultarle luego de el soberano hecho que relatamos a continuación. El dialogo se produjo entre el conde escoses y uno de los obreros del teclado mas amados y odiados al mismo tiempo.
Obrero del teclado: tenes idea de como se usa...
Conde escoses: no, la verdad que no, vamos a preguntarle al maestro todo de la sabiduria (sic)
OT: quien es?
CE: google.....
Rapidamente sin parpadeo alguno, cambió el programa actual por una página de google que ya tenía abierta y buscó rapidamente, con la para nada incipiende velocidad de sus dedos, la pregunta realizada.
Los obreros todos, comenzaron a observar a dicho Conde originario del reino unido, como un verdadero "buscador" humano. Los talleristas no era que no podían buscar o no sabían buscar, eran profusos buscadores de google, pero por un tiempo se creyó que el conde era una enciclopedia caminante.
Nadie volvió a creer en el conde después de dicho suceso.
El stress, El Conde y una supuesta infidelidad.
Durante el gobierno de cierta capataza, época donde, como advertimos en otras entradas, la gente nueva era un hecho cotidiano, hubo un gran intento de modernizar tecnologicamente hablando al taller.
Gente con gran capacidad técnica, grandes conocimientos, amplia experiencia y gran desarrollo potencial a futuro fue llegando al taller.
Se instalaron herramientas complejisimas, se capacitaba constantemente a los obreros del teclado y a los obreros funcionales, capataces y demás; los nuevos talleristas hacian creer a aquellos obreros que iban a pisar el primer mundo, a tocar y sentir las bellas campanadas de la nueva ola tecnológica. Todo estaba preparandose para profesionalizar a los viejos y viejos-nuevos obreros, a los que se miraba como talleristas con esfuerzo encomiable pero de escaso y obsoletos conocimientos como para arribar a dicho primer mundo. Fue ingente contratar un hombre, cuya historia se comentó en otra entrada, que provenga de aquel paraíso, de aquella nirvana que con su leganía era inalcanzable para cualquier obrero. Este obrero que exedía cualquier calificación fue presentado como un obrero MUNDIAL del "sofguare", cuyos conocimientos lo llevaron a codearse con los mas altisonantes personajes de esta molecular cofradía, hasta se llegó a espetar que este hombre era uno de "los 3" en el mundo que poseía ciertas capacidades. Como quedó dicho en alguna otra entrada, ningún tallerista supo precisamente cual era la función, pero cierto día desapareció y nunca supimos mas de el. El nivel era tan alto que lo único que se supo a nivel personal fue que es un verdadero fanático idolatrizante de woody allen.
Volviendo a la historia principal, se proveyó al taller de ciertas herramientas tecnológicamente tan avanzadas que necesitaban los obreros una capacitación tan intensiva y especial que el curso duraba 20 minutos y se proveyó solo en grupos de no mas de 3 o 4 personas. El encargado de dicha capacitación era un ser ultramisterioso, recóndito, reservado e indescifrable. El personaje poseía unos conocimientos tan trascendetales y penetrantes que ningún obrero del teclado fue capaz de seguirlo, hasta tuvo un hecho por demás horripilante que tuvo consecuencias nefastas en el. El dialogo fue extremadamente apacible: un obrero del teclado concurrió a su escritorio a consultarle sobre alguna pesquisa infinitamente pesada para el, se acercó entonces y preguntó
Obrero del teclado: disculpame, te hago una pregunta (ahí advirtió un trabajo manual que realizaba este ser magnánimo)...ah, esta modificando eso, justo ahora.
Capacitador: si, si
OT: pero que?, estas haciendo archivo por archivo?, mira que son 127 o mas. No podes usar el "sed"?
Capacitador: sabes que lo probé en esta máquina y no esta instalado
OT: (advirtiendo la paparruchada que le estaba espetando el capacitador) seguro ?, si yo lo uso
Capacitador: como?, no esta instalado
OT: a ver?, salite un seguno de ahí?, con que usuario estas?
Capacitador: root
OT: a ver probá?
El capacitador escribió el comando supuestamente no instalado, tipeo valientemente como para escracharle el verbo intimidador al obrero insignificante en conocimientos y sobresaliente fue su sorpresa ante la respuesta afirmativa del temeroso comando "sed". El comentario no fue fausto, pero fue un comentario tal que la admiración cayó a niveles tales que fue mirado como payaso carnavalesco atildado cnon ropaje superior y no volvió a ser observado como un gigante del taller. El obrero del teclado, un ser denigranble para algunos, socarron para otros, sarcastico e irónico para cierto grupete comenzó a divertirse con el preguntadole y comentandole sobre cualquier materia en modo absurdo para recabar la, a veces, ridícula respuesta del insuperable capacitador. Según el obrero, la mayor cantidad de respuestas era equivoca.
Tal su apellido, escoses de pura cepa, ese obrero le preguntó sobre el origen y este le contestó con un nivel tal que fue apodado como "El conde", dado que tuvo la argucia de espetar: "Mi abuelo fue conde de asdfadfad ffaiouoiuqoqwer" (no podemos recordar exactamente el nombre del condado escoses que no indicó). El inglés de este capacitador fue tan estupendo, que retumbó por todos los rincones del taller.
Desde ese día, se derritió la estatua inmaculada de dicho capacitador.
Los días siguieron concursando en el taller con cierto aire espeso. La capataza de turno fue amablemente invitada a salir por la puerta del taller justo antes del inicio del mundial, hecho comentado, que provocó el acierto mas mounstroso se parte de uno de los mas conspicuos y caracterisados talleristas.
Un día apacible este personaje capacitador se presentó en el taller con premura, hasta que en el momento posterior en que el día se desdobla, este ser misterioso se retiró presuroso. Un viernes mas precisamente, a la tarde quien preguntaba por el laconicamente le respondian: "no se, se sentía mal y se fue", a medida que pasaron las horas se supo la ingente verdad: "el médico le dio 3 dias de reposo por stress".
No tuvimos mas noticias de el, hasta que al tercer día, como Cristo resucitado, no se hizo presente sino por una carta documento donde demandaba al taller por su indemnización laboral. Este hombre, que sabía de todo, no fue visto por el taller. Desde ese día "el stress de El Conde" pasó a ser una de las mas altas "Mentiras de Carriers" que hayamos escuchado.
Gente con gran capacidad técnica, grandes conocimientos, amplia experiencia y gran desarrollo potencial a futuro fue llegando al taller.
Se instalaron herramientas complejisimas, se capacitaba constantemente a los obreros del teclado y a los obreros funcionales, capataces y demás; los nuevos talleristas hacian creer a aquellos obreros que iban a pisar el primer mundo, a tocar y sentir las bellas campanadas de la nueva ola tecnológica. Todo estaba preparandose para profesionalizar a los viejos y viejos-nuevos obreros, a los que se miraba como talleristas con esfuerzo encomiable pero de escaso y obsoletos conocimientos como para arribar a dicho primer mundo. Fue ingente contratar un hombre, cuya historia se comentó en otra entrada, que provenga de aquel paraíso, de aquella nirvana que con su leganía era inalcanzable para cualquier obrero. Este obrero que exedía cualquier calificación fue presentado como un obrero MUNDIAL del "sofguare", cuyos conocimientos lo llevaron a codearse con los mas altisonantes personajes de esta molecular cofradía, hasta se llegó a espetar que este hombre era uno de "los 3" en el mundo que poseía ciertas capacidades. Como quedó dicho en alguna otra entrada, ningún tallerista supo precisamente cual era la función, pero cierto día desapareció y nunca supimos mas de el. El nivel era tan alto que lo único que se supo a nivel personal fue que es un verdadero fanático idolatrizante de woody allen.
Volviendo a la historia principal, se proveyó al taller de ciertas herramientas tecnológicamente tan avanzadas que necesitaban los obreros una capacitación tan intensiva y especial que el curso duraba 20 minutos y se proveyó solo en grupos de no mas de 3 o 4 personas. El encargado de dicha capacitación era un ser ultramisterioso, recóndito, reservado e indescifrable. El personaje poseía unos conocimientos tan trascendetales y penetrantes que ningún obrero del teclado fue capaz de seguirlo, hasta tuvo un hecho por demás horripilante que tuvo consecuencias nefastas en el. El dialogo fue extremadamente apacible: un obrero del teclado concurrió a su escritorio a consultarle sobre alguna pesquisa infinitamente pesada para el, se acercó entonces y preguntó
Obrero del teclado: disculpame, te hago una pregunta (ahí advirtió un trabajo manual que realizaba este ser magnánimo)...ah, esta modificando eso, justo ahora.
Capacitador: si, si
OT: pero que?, estas haciendo archivo por archivo?, mira que son 127 o mas. No podes usar el "sed"?
Capacitador: sabes que lo probé en esta máquina y no esta instalado
OT: (advirtiendo la paparruchada que le estaba espetando el capacitador) seguro ?, si yo lo uso
Capacitador: como?, no esta instalado
OT: a ver?, salite un seguno de ahí?, con que usuario estas?
Capacitador: root
OT: a ver probá?
El capacitador escribió el comando supuestamente no instalado, tipeo valientemente como para escracharle el verbo intimidador al obrero insignificante en conocimientos y sobresaliente fue su sorpresa ante la respuesta afirmativa del temeroso comando "sed". El comentario no fue fausto, pero fue un comentario tal que la admiración cayó a niveles tales que fue mirado como payaso carnavalesco atildado cnon ropaje superior y no volvió a ser observado como un gigante del taller. El obrero del teclado, un ser denigranble para algunos, socarron para otros, sarcastico e irónico para cierto grupete comenzó a divertirse con el preguntadole y comentandole sobre cualquier materia en modo absurdo para recabar la, a veces, ridícula respuesta del insuperable capacitador. Según el obrero, la mayor cantidad de respuestas era equivoca.
Tal su apellido, escoses de pura cepa, ese obrero le preguntó sobre el origen y este le contestó con un nivel tal que fue apodado como "El conde", dado que tuvo la argucia de espetar: "Mi abuelo fue conde de asdfadfad ffaiouoiuqoqwer" (no podemos recordar exactamente el nombre del condado escoses que no indicó). El inglés de este capacitador fue tan estupendo, que retumbó por todos los rincones del taller.
Desde ese día, se derritió la estatua inmaculada de dicho capacitador.
Los días siguieron concursando en el taller con cierto aire espeso. La capataza de turno fue amablemente invitada a salir por la puerta del taller justo antes del inicio del mundial, hecho comentado, que provocó el acierto mas mounstroso se parte de uno de los mas conspicuos y caracterisados talleristas.
Un día apacible este personaje capacitador se presentó en el taller con premura, hasta que en el momento posterior en que el día se desdobla, este ser misterioso se retiró presuroso. Un viernes mas precisamente, a la tarde quien preguntaba por el laconicamente le respondian: "no se, se sentía mal y se fue", a medida que pasaron las horas se supo la ingente verdad: "el médico le dio 3 dias de reposo por stress".
No tuvimos mas noticias de el, hasta que al tercer día, como Cristo resucitado, no se hizo presente sino por una carta documento donde demandaba al taller por su indemnización laboral. Este hombre, que sabía de todo, no fue visto por el taller. Desde ese día "el stress de El Conde" pasó a ser una de las mas altas "Mentiras de Carriers" que hayamos escuchado.
jueves, 25 de septiembre de 2008
la cascara no es solo de una fruta
Era una epoca de relativa tranquilidad en el taller, el advenimiento de un nuevo requerimiento de un cliente de renombrada categoria, era la posiblidad que el taller estaba esperando para saltar al estrellato.
Esta requerimiento era de vital importancia y asi se los hizo saber a sus capatazes de turno el rey del taller. Los capatazes de turno en esa epoca era la ya tan mensionada dupla, uno quien era sinonimo de idiotez y el otro un capataz de la madre patria.
En una reunion donde se dicutiria todo lo que se iva a desarrollar para dicho rquerimiento participaban 2 talleristas de teclado, el capataza tontin, y un tallerista funcional.
El capataz tonti dijo tenemos que hacer todo esto xq el rey asi lo quiere y este desarrollo es de prioritario y tenemos que entregarlo en 2 semanas, a lo que los talleristas de teclado respondieron "esto es imposible de hacer en 2 semanas este es yb requerimiento q esta estimado en 800hs!!!!!!!!!!!!". Hubo un momento de silencio donde nadie respondio todos se miraban hasta que el capataz tontin dijo haciendo uso de su basta experiencia y conocimiento "bueno entonces hagamos una cascara", la cara de los talleristas presentes fue indescriptible digna de ser pintada por los mas famosos pintores del mundo.
Pasaron las 2 semanas y la "cascara" fue entregada a dicho magnanimo cliente.
Esta requerimiento era de vital importancia y asi se los hizo saber a sus capatazes de turno el rey del taller. Los capatazes de turno en esa epoca era la ya tan mensionada dupla, uno quien era sinonimo de idiotez y el otro un capataz de la madre patria.
En una reunion donde se dicutiria todo lo que se iva a desarrollar para dicho rquerimiento participaban 2 talleristas de teclado, el capataza tontin, y un tallerista funcional.
El capataz tonti dijo tenemos que hacer todo esto xq el rey asi lo quiere y este desarrollo es de prioritario y tenemos que entregarlo en 2 semanas, a lo que los talleristas de teclado respondieron "esto es imposible de hacer en 2 semanas este es yb requerimiento q esta estimado en 800hs!!!!!!!!!!!!". Hubo un momento de silencio donde nadie respondio todos se miraban hasta que el capataz tontin dijo haciendo uso de su basta experiencia y conocimiento "bueno entonces hagamos una cascara", la cara de los talleristas presentes fue indescriptible digna de ser pintada por los mas famosos pintores del mundo.
Pasaron las 2 semanas y la "cascara" fue entregada a dicho magnanimo cliente.
Encargado con fecha de vencimiento
Hay un consenso tácito al ascociar sobre cual fue la época mas fecunda en lo referido a las desopilantes situaciones ocurridas y quien era el encargado del taller.
Esta época fue durante el reinado en forma de binomio, por un lado estaba Atila del taller y por el otro, un inefable personaje que, como comentamos en otra entrada, nadie advirtio su ingreso y tampoco su retiro. Pero si podemos decir, que la brillantez de conceptos de este último hizo que, para quienes estuvimos ahí, concordemos en que dicho período fue fecundo en situaciones. Llegó a un punto tal, que su apellido (el del encargado o viceencarado) fue inculcado como sinónimo sagaz de bobada, estupidez, sandez, memez, insipidez, vaciedad, tontería y cualquier otro adjeivo razonablemente cercano a la idiotez.
En dichas épocas hubo gran tumulto por un reconocido cliente del norte de américa del sur, habitante de las tierras inmortales de Rodrigo de Bastidas, que se había empacado haciendonos creer que era una habitual chicana indisimulabrel de algún capataz de aquel taller. Asimismo, esa semana fue la primera de un gran tallerista, obrero del teclado el, que como era de esperar, llegaba al taller con un ánimo grande de progreso profesional y otras cuestiones, que por ser personalisimas no podemos describir.
El asiento de trabajo de este compañero no resulto agradable pues quedó frente a un aciago tallerista y dando espaldas a a puerta de entrada al taller, esta puerta no era ni mas ni menos que la oficina de El Rey (no confundir con encargaduría, esta era el aposento mismo del dueño). El lugar no era malo por su ubicación, El Rey siempre observó soretes y no personas, esclavos y no obreros, culiados y no transeuntes.
El viceencargado tuvo una fantástica idea para salvaguardar y zanjar la situación con el cliente heredero de las tierras de Don Rodrigo y así desplazar a Atila y recoger la siembra propia como un record de temporada. Había un obrero del teclado que por esos días había finalizado con singular éxito el mismo proceso que requerían los postergadores de tan agradabl pago, pero que dicho proceso no había visto sino solamente las pruebas de gran envergadura realizadas en el taller. El viceencargado advirtió que esa era su salvación para mostrar su gimansia, muñeca, astucia y hasta su camándula para dejar de ser el segundon y pasar a primer plano.
Lo jocoso de esto fue lo siguiente, dicho personaje caminó raudo hasta la oficina de El Rey para desarrollar y exponer su magnánimo, principesco, altruísta y desinteresado plan. Es imposible describir la situación de manera precisa, pero haremos lo posible. La puerta de dicha oficina estaba abierta totalmente, nuestro nuevo obrero del teclado estaba hubicado como correspondía en su lugar de trabajo, nuestro añorado viceencargado entró raudo cuan estiletazo perfecto del venerable Hannibal Lecter, no pasaron mas de 10 segundos cuando una catarata de improperios, vituperios, insultos a mansalva, palabras y oraciones execrables, afrentas y baldónes lanzados hacía la persona y sus condiciones profesionales, nuestro nuevo compañero tallerista escuchaba pávido, con sorpresa y asombro. A medida que el tiempo pasaba y las palabras del rey surcaban el aire, espesandolo, rebotaban en el tinglado y llegaban a todos los rincones del taller y así nuestro nuevo obrero y el mas cercano a la oficina mostraba colores en su rostro tan cambiantes que su gesto se iba desdibujanto al punto de estar cercano al punto inicial de la debacle. En esos instantes nuestro viceencargado cerró raudo la puerta de la oficina del rey como queriendo preservar su respetable figura. No hubo tal resguardo, la insistencia y el elevado volumen de voz de El Rey hizo que la puerta fuere como un simple papel de barrilete, el recital continuaba altisonante.
Uno de los obreros del teclado se acercó a nuestro nuevo integrante y le explicó que debiere acostumbrarse a dicha poesia urbana destinaba a cualquier siervo habitante del taller. No era algo esporádico, era una situación de normalidad, que solamente se diferenciaba de otras por el volumen del recitado poetico.
Nuestro nuevo obrero se calmó, entendió la situación que meses después fue narrada con saleroso humor. Para nuestro viceencargado, la vida en el taller no volvió a ser la misma, cualquier obrero con cierta antiguedad desde ese día empezó a mirar al encargado como un objeto con fecha de vencimiento cercana. Ninguno se equivocó.
Esta época fue durante el reinado en forma de binomio, por un lado estaba Atila del taller y por el otro, un inefable personaje que, como comentamos en otra entrada, nadie advirtio su ingreso y tampoco su retiro. Pero si podemos decir, que la brillantez de conceptos de este último hizo que, para quienes estuvimos ahí, concordemos en que dicho período fue fecundo en situaciones. Llegó a un punto tal, que su apellido (el del encargado o viceencarado) fue inculcado como sinónimo sagaz de bobada, estupidez, sandez, memez, insipidez, vaciedad, tontería y cualquier otro adjeivo razonablemente cercano a la idiotez.
En dichas épocas hubo gran tumulto por un reconocido cliente del norte de américa del sur, habitante de las tierras inmortales de Rodrigo de Bastidas, que se había empacado haciendonos creer que era una habitual chicana indisimulabrel de algún capataz de aquel taller. Asimismo, esa semana fue la primera de un gran tallerista, obrero del teclado el, que como era de esperar, llegaba al taller con un ánimo grande de progreso profesional y otras cuestiones, que por ser personalisimas no podemos describir.
El asiento de trabajo de este compañero no resulto agradable pues quedó frente a un aciago tallerista y dando espaldas a a puerta de entrada al taller, esta puerta no era ni mas ni menos que la oficina de El Rey (no confundir con encargaduría, esta era el aposento mismo del dueño). El lugar no era malo por su ubicación, El Rey siempre observó soretes y no personas, esclavos y no obreros, culiados y no transeuntes.
El viceencargado tuvo una fantástica idea para salvaguardar y zanjar la situación con el cliente heredero de las tierras de Don Rodrigo y así desplazar a Atila y recoger la siembra propia como un record de temporada. Había un obrero del teclado que por esos días había finalizado con singular éxito el mismo proceso que requerían los postergadores de tan agradabl pago, pero que dicho proceso no había visto sino solamente las pruebas de gran envergadura realizadas en el taller. El viceencargado advirtió que esa era su salvación para mostrar su gimansia, muñeca, astucia y hasta su camándula para dejar de ser el segundon y pasar a primer plano.
Lo jocoso de esto fue lo siguiente, dicho personaje caminó raudo hasta la oficina de El Rey para desarrollar y exponer su magnánimo, principesco, altruísta y desinteresado plan. Es imposible describir la situación de manera precisa, pero haremos lo posible. La puerta de dicha oficina estaba abierta totalmente, nuestro nuevo obrero del teclado estaba hubicado como correspondía en su lugar de trabajo, nuestro añorado viceencargado entró raudo cuan estiletazo perfecto del venerable Hannibal Lecter, no pasaron mas de 10 segundos cuando una catarata de improperios, vituperios, insultos a mansalva, palabras y oraciones execrables, afrentas y baldónes lanzados hacía la persona y sus condiciones profesionales, nuestro nuevo compañero tallerista escuchaba pávido, con sorpresa y asombro. A medida que el tiempo pasaba y las palabras del rey surcaban el aire, espesandolo, rebotaban en el tinglado y llegaban a todos los rincones del taller y así nuestro nuevo obrero y el mas cercano a la oficina mostraba colores en su rostro tan cambiantes que su gesto se iba desdibujanto al punto de estar cercano al punto inicial de la debacle. En esos instantes nuestro viceencargado cerró raudo la puerta de la oficina del rey como queriendo preservar su respetable figura. No hubo tal resguardo, la insistencia y el elevado volumen de voz de El Rey hizo que la puerta fuere como un simple papel de barrilete, el recital continuaba altisonante.
Uno de los obreros del teclado se acercó a nuestro nuevo integrante y le explicó que debiere acostumbrarse a dicha poesia urbana destinaba a cualquier siervo habitante del taller. No era algo esporádico, era una situación de normalidad, que solamente se diferenciaba de otras por el volumen del recitado poetico.
Nuestro nuevo obrero se calmó, entendió la situación que meses después fue narrada con saleroso humor. Para nuestro viceencargado, la vida en el taller no volvió a ser la misma, cualquier obrero con cierta antiguedad desde ese día empezó a mirar al encargado como un objeto con fecha de vencimiento cercana. Ninguno se equivocó.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Bajo la cruz de san andres
Hubo un hecho extremandamente curioso y para los talleristas mas cercanos al personaje en cuestión, fue el hecho mas caricaturesco, risueño y jocoso de uno de los mas conspicuos, entrañables, querido y querible tallerista, hoy día se mantiene a flote en el taller.
Resultó ser que este obrero del teclado, verdadero obrero del teclado, que de tan antiguo supo pertenecer a todos los nombre, formatos y administraciones del taller, cierto día supo no concurrir a sus obligaciones tareas laborales.
En dicho tiempo, la administración de recursos humanos estaba dirigida por un actor hollywoodense venido a menos, sean penn, famoso coimero de las rrhh. Como era de esperar, no se supo por parte de rrhh el motivo por el cual nuestro querido personaje fue ausente.
Al día siguiente llegó munido de un parche adhesivo colocado en su frente marchita. Al verlo con dicho emolumento de primeros auxilios se le pregunta que le había asestado tal cicatriz caricaturil, própia del pato donald. La constestación fue escueta como todo lo de él, "me lastimé con una bicicleta de gimnasia por la mañana, que tengo en mi casa, me dieron dos puntos.".
El parche apósito tenía el famosisimo formato cruzado en diagonal el que formaba la genuina Cruz de San Andrez, utilizada en el tránsito citadino y rutero para avisar sobre un cruce ferrocarril.
A los pocos días, dicha Cruz, que ya fue célebre desapareció, pero los puntos y/o cicatriz debajo de la misma, nunca pudieron ser vistos.
El hecho, para los mas cercanos a tan entrañable compañero, fue bautizado como "La Cruz de San Andres", fue festejado como algo póstumo en el arte camuflar la razon de su ausencia.
Para los talleristas, la cruz de san andres, bautizada así por otro de los mas queribles obreros funcionales no volvió a ser lo mismo.
Resultó ser que este obrero del teclado, verdadero obrero del teclado, que de tan antiguo supo pertenecer a todos los nombre, formatos y administraciones del taller, cierto día supo no concurrir a sus obligaciones tareas laborales.
En dicho tiempo, la administración de recursos humanos estaba dirigida por un actor hollywoodense venido a menos, sean penn, famoso coimero de las rrhh. Como era de esperar, no se supo por parte de rrhh el motivo por el cual nuestro querido personaje fue ausente.
Al día siguiente llegó munido de un parche adhesivo colocado en su frente marchita. Al verlo con dicho emolumento de primeros auxilios se le pregunta que le había asestado tal cicatriz caricaturil, própia del pato donald. La constestación fue escueta como todo lo de él, "me lastimé con una bicicleta de gimnasia por la mañana, que tengo en mi casa, me dieron dos puntos.".
El parche apósito tenía el famosisimo formato cruzado en diagonal el que formaba la genuina Cruz de San Andrez, utilizada en el tránsito citadino y rutero para avisar sobre un cruce ferrocarril.
A los pocos días, dicha Cruz, que ya fue célebre desapareció, pero los puntos y/o cicatriz debajo de la misma, nunca pudieron ser vistos.
El hecho, para los mas cercanos a tan entrañable compañero, fue bautizado como "La Cruz de San Andres", fue festejado como algo póstumo en el arte camuflar la razon de su ausencia.
Para los talleristas, la cruz de san andres, bautizada así por otro de los mas queribles obreros funcionales no volvió a ser lo mismo.
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