jueves, 28 de agosto de 2008

Los huevos no solo estan en una verduleria

De todos los cuasi-procesos del taller el valorizador, tasador o rateador según quien hable era el mas crítico, si dicho proceso "no anda" nada anterior servía y nada posterior se hacia. Los talleristas ocupados en Telmex tenían la maldita costumbre (y de esto me hago cargo) de tener la sutileza de modificar ciertos datos a mano. Y esto lo hacian muros adentro, pues según su óptica, estaban muy presionados. Resultado que dichos talleristas funcionales, tocaron, retocaron y dicho proceso no podia funcionar. Ante esta situación y al límite de la paciencia El Rey del taller, solia llamar a algún obrero al que nunca saludaba, saludaría o saludó pero que el sabía, obvio que por boca de algún gavilan de turno, que solucionaba el tema.

Cierta ocasión, el Sr. Mozsko tenía tamaño problema con dicho proceso y en la, ya mítica, oficina del capataz de turno reuniose con el Rey DA. Al ver que el problema era mayusculo, llamose a un par de obreros uno funcional y otro del teclado. La discusión se centró en el problema mexicano, a pesar de que el nivel vocal no llegó al grito. Estaban presentes entonces, El Rey, el Sr. Mozsko, el obrero funcional y el obrero del teclado. Los supuestos solucionadores (los dos primeros no llegaban a conclusión alguna) a lo que El Rey preguntó cuál era el problema y el obrero del teclado hizo una síntesis acabada del mismo. En el taller se acostumbraba a palear tierra al que no estaba, esta ocasión no era distinta salvo que los que no estaba sabian que no iban a estar y que la tierra que les llegaba iba a ser tierra fertil.

La jocosa situación paso a ser dominada por El Rey ocupando la ¿ex? silla del Sr. Mozsko, haciendo descansar el total de su espalda en el respaldo de dicha silla y descansando ambos pies en el escritorio que tenía frente a si; posición de relax que le dicen; el Sr. Mozsko parado frente a su ¿ex? silla, el obrero funcional a la izquierda de este último y sentado en la silla a la izquierda de El Rey estaba el obrero del teclado, en dicho "stage" se desató el siguiente dialogo
El Rey: pero, ¿quien es el cliente que no se puede tasar?
Obrero del teclado: costa rica
El Rey: ese me chupa un huevo (haciendo un ademán de dejadez con su mano izquierda al aire)

El dialogo transcurrio entre opiniones diversas, El Rey buscando a quien espetarle un rosario de elogios negativos, el Sr. Mozsko tratando de que la tierra no le llegue a su jardín, el obrero del teclado intentando no quedarse en dicho lugar (El Taller) hasta mas allá de las 18:30 o 19 horas y el obrero funcional observando la situación en una posición de espectador privilegiado sin ánimo de transpirar por algún gesto perdido de parte de los demás. Ante este nuevo "stage" y casi sin finalizar la discusión El Rey pregunta: ¿bueno, donde valorizamo' aca oaya (sic)?, el obrero del teclado, impertérrito ante las paladas de Mozsko bate sin preámbulo, "noooooo.... allá," y dispara sentencia danina en el ánimo de un proverbial Sr Mozsko: "pero quien me garantiza que no se van a mandar la misma cagada que ayer ?"; esto provocó un silencio estrepitoso en el Sr. Mozsko que no dejo respiro para la sentencia de El Rey, quien sin hesitar disparó LA SENTENCIA del día: observando al obrero del teclado y haciendo un ademán con la cabeza indicando el sujeto a quien iba disparada la sentencia que no era otro que el Sr. Mozsko dijo:
"LO' HUEVO' DEL".

Obrero del teclado: "¿quien me garantiza que no se van a mandar la misma cagada que ayer?
El Rey: "lo' huevo del'" (indicando a Mozsko)



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