jueves, 28 de agosto de 2008

El taller siempre genera algo historico

Uno de los talleristas mas conspicuos, que actualmente mantiene su status, trajo a la memorable isla del orejon (llamada asi porque estaba en el ultimo rincon del taller) un juego de estrategia llamado Supergol. Dicho juego se tranformó en un clásico de un selecto grupo de talleristas. Uno de ellos, en aquella ocasión previa a empezar el juego bate con vocejón tribunero: "Ninguno de ustede posee diploma de Gran DT", el resto de los talleristas oto por soltar una única, unísona e increible carcajada en do mayor propia de cualquier tenor de barrio.

Esta situación, lejos de convetirse en leyenda, dio el puntapie inicial a la fantástica saga de "las mentiras de carriers". Por meses y hasta años me animo a decir, se mantuvo dicha declamación de aquel acreditado e ilustre tallerista como la mentira mas alta en calidad.

Ya por mediados de 2007 el mentiroso tallerista no habia hecho muestra alguna de su declamado diploma, el resto de los mas ilustrados talleristas le espetaban "trae el diploma".

Cuando a dicho personaje se le presentaba la última semana de tallerista y otro de los afamados y nobles integrantes de aquella cofradía del supergol hacia esforzados esbosos para que dicha mentira se convierta ya en leyenda insostenible y se catapulte al desfalco verbal mas exorbitante del taller disfrutando entones, con gran holgura un acariciado trofeo, ocurrió lo que debió ocurrir, lo que algunos insignes provocaron un "nunca lo traerá", lo que un filósofo barrial hubiere pronosticado como "la canchereada de la cuadra".

El martes 15 de mayo de 2007, se alteró la paz de la ciega planicie talleril, aquel bravucón que les espetara una verdad flagrantes para sus orgullos traia consigo algo que ya no se conseguia, no solamente en europa sino en toda américa. Entró sigiloso, saludo al pasar porque
no era habitual que los engreidos lideres del taller saludaran, como sabedor de su grandilocuente y efímera gloria, avezado de su sutil corona. Su contrincante, el hasta ahí ganador de un triunfo fatuo e inutil saluda al mismo con una socarrona sonrisa como contando las horas para el nacimiento de la leyenda. Acto seguido, enarbola aquel, hasta entonces mentiroso diploma, ya era un verdadero diploma de Gran DT, se caia el mito, se caia la leyenda y aquella maravillosa bravuconada flagrante era la verdad actual y la perogrullada sintetizada en un cartón. El dueño del diploma impartio con un vozarrón de tribuna una sentencia que fue plazmada en una reganiña y escandalsa mueca de pavor insoportable por aquel que creía que su triunfo moraria por los siglos de los siglos en los pisos del taller.

Aquella mueca, aquel gesto, aquel visaje, aquel semplante quedo surcando el aire del taller como carreteo sostenido al universo. La VENA, la hinchazón fue magnánima, generosa, altruista, superior. Aquella VENA fue sinceramente, la caida del mito, la muerte del capitan de la falacia, aquella vena fue origen de lo que hoy festejamos: EL DIA INTERNACIONAL DE LA VENA.

Solamente por eso, por ese momento que quedo inmortalizado en un santiamen para la posteridad los talleristas festejamos altivos todos los 15 de mayo ese momento, catapultado a la historia como: EL DIA INTERNACIONAL DE LA VENA

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