El saqueo mas memorable de la historia del taller

Cierta vez se realizó una conferencia telefónica con méxico en una oficina en la que pocos días atras habitó uno de los innumerables y fracasados "gerentes de fábrica" (traducido a la realidad capataz de taller).

Por México estaban dispuestos un par de talleristas extranjeros (si, si, el taller era increiblemente internacional), y por buenos aires tes personajes, de los cuales uno vanamente ahí pero la obligación laboral de la escalera obligaba a lo mismo.

Demás esta decir, que dicha conferencia fue tan esteril como una obeja obrera. Resultado cómico del caso fue el final de la reunión, donde un de los integrantes (en honor a la verdad el mas grande en edad) espetó un "que lindo mouse, además es óptico, me lo llevo para mi escritorio". Eso no tuvo nada de malo de no ser el caracter transitivo de la acción para los dos integrantes continguos, la oficina fue literalmente vaciada, hurtada, desvalijada, limpiada, sustraida, apropiada cuan horda de forajidos facinerosos hambrientos. Hambrientos estaban, pero no de alimento, sino de elementeos de escritorios al punto tal de llenar sus bolsillos de abrochadoras, papelitos, ganchos, clips, biromes (si, elemente escaso en el taller) y todo aquel utensillo que estuvo presente en aquella UNICA ocasión. El asalto duró segundos se los puedo aseverar, pero furtivamente nadie, ningun tallerista vio tal atraco descomunal a dicha oficina.

Tiempo después, alguien preguntó donde estaba dicho mouse, que en realidad fue el verdadero detonador del atraco; pero lamentablemente ya estaba perdido en los innumerables recovecos del taller. Dicha oficina, luego, fue cerrada con llave y volvio a ser librada solo a un nuevo y malogrado capataz.